Ya hemos hablado en varias ocasiones sobre la compleja y ordenada logística que entrañan las películas de animación de hoy en día.
Decenas de departamentos formados por personal altamente especializado colaboran para sacar adelante cada escena. Como en cualquier gran proyecto, la planificación juega un papel crucial, al allanar el terreno para que el equipo trabaje sobre seguro.
Tal vez te suenen los términos storyboard y animática, pues ambos forman parte de la preproducción de una película.
Del storyboard ya nos ocupamos en este artículo, por lo que hoy vamos a explorar qué es una animática, qué tipos hay y por qué resulta útil en la gestación de una obra audiovisual, así como ver algunos ejemplos reales, comparándolos con la versión definitiva de la cinta. ¡Vamos allá!
¿Qué es una animática?
En primer lugar, podemos diferenciar dos tipos de animáticas: la 2D (hecha en preproducción) y la 3D (ya en fase de producción).
La animática 2D es, en pocas palabras, el storyboard animado. Se trata de una sucesión de imágenes (las viñetas del storyboard) que sirven de previsualización —ya en formato vídeo— de cómo será la película una vez terminada.
A las viñetas se le añaden también efectos sonoros, música y, a menudo, el doblaje definitivo.
Si el valor principal del storyboard radicaba en su información sobre el enfoque, la composición del plano y el movimiento de la cámara, el de la animática es la definición del ritmo interno de cada plano, lo cual da a los animadores una primera idea del timing de las acciones.
Bajo estas líneas podemos comparar la versión final de Up de Pixar con su animática.
Obviando el hecho de que no son comparables a nivel de calidad visual, ¿no es sorprendente lo precisa que resulta la animática?
Al previsualizar de esta forma la cinta, el director puede comprobar si la historia contada en el storyboard funciona a nivel de ritmo y realización y, de ser necesario, hacer los cambios, cortes o añadidos pertinentes.
Al trabajar con bocetos de baja definición, es posible rehacerlos o modificarlos de un plumazo. Estos mismos cambios en la cinta final echarían cientos de horas de trabajo por la borda, algo inadmisible en términos de tiempo y presupuesto.
La animática evoluciona pues según los cambios propuestos por el director y, tras añadir/quitar planos o secuencias, se aprueba la versión definitiva.
Tras desarrollar el estilo visual del proyecto se inaugura la etapa de producción en sí, la cual empieza por pasar la animática de 2D a 3D.
La animática 3D o layout
La producción de la obra da comienzo con la creación de la versión 3D de la animática, también conocida como layout.
Se trata de una versión preliminar, ya tridimensional, de los escenarios y personajes. Normalmente carecen de detalles, ya que las versiones finales se desarrollan en paralelo.
Los encuadres, distancia focal de la lente, transiciones y perspectivas son, eso sí, definitivas y no meras aproximaciones. También lo es el ritmo interno de los planos y su duración, que se basan en los de la animática 2D, con escasos ajustes.
Veamos un ejemplo. Ésta es la animática 3D del corto The Good Queue que realizamos en Animum Studios:
Como podemos ver, la precisión de la animática 3D es tal, que define qué fotogramas pertenecen a cada plano.
Pese a su apariencia “cutre”, esta versión del filme es importantísima a la hora de estructurar digitalmente el proyecto. Si quieres saber más sobre ella, en su día analizamos en profundidad las labores del layout artist.
Ambas versiones de la animática son herramientas la mar de útiles por la agilidad con la que pueden realizarse cambios antes de enfrascarse en modelos y animaciones definitivas que no fueran a usarse.
En casi cualquier producción se realiza tanto la animática 2D como el layout. Tan solo en producciones de muy bajo presupuesto, como las indie o amateur, es posible que pasen directamente al segundo.