En animación 3D, un buen trabajo de Iluminación Digital es la clave para transmitir emociones y contar una historia.
Pixar lo ha vuelto a hacer. El reconocido estudio de animación es ya famoso por crear historias que jamás nos dejan indiferentes y que, sobretodo, saben cómo tocarnos la fibra de tal manera que cada película queda impresa en nuestros corazones por toda la eternidad.
Este año nos traen Onward, una épica historia de fantasía ambientada en un mundo donde sus habitantes han adoptado una vida cómoda, sin aventuras, olvidando todo lo que sabían acerca de la magia.
Nuestros protagonistas son Ian y Barley, dos hermanos elfos huérfanos de padre, que descubren que este les dejó, antes de morir, un báculo que pueden usar para hacerle volver a la vida solo por un día.
Al intentar traerle de vuelta, debido a su completo desconocimiento del uso de la magia, solo consiguen revivir la mitad del cuerpo de su padre.
Esto les llevará a embarcarse en una emocionante y trepidante aventura a contrarreloj para traer la otra mitad antes del atardecer y poder verle una vez más.
Otra joya del estudio de animación que nos traerá risas, emoción y algunas lagrimillas.
La historia de la película está basada en una experiencia real de su director, Dan Scanlon, quién perdió a su padre cuando aún era muy pequeño y nunca pudo conocerle bien.
Tal y como pasa en la película, él encontró una grabación de su padre que iba dirigida a él y su hermano pequeño. Así que esta obra es como una ventana que él mismo nos abre para contarnos su historia, sus emociones y sus deseos.
Pero Onward es más que una historia emocionante. Detrás de ella hay todo un equipo de artistas que han trabajado varios años en el desarrollo de esta película.
En una entrevista de CookeOpticsTv, Adam Habib y Sharon Calahan (Directores de fotografía) nos cuentan algunos de los aspectos técnicos, de cámaras e iluminación, utilizados para dar el “remate” estético a cada escena.
Luces, cámaras, veamos qué hay detrás…
Adam Habib fue el encargado de las cámaras. Nos explica la diferencias de planos y enfoques entre los protagonistas de la película.
Ian, el hermano menor, representa la idea de orden, por lo tanto sus planos son calmados, con pocos movimientos de cámara, mientras que Barley representa el caos, los planos son inestables y faltos de control, como cuando la cámara está usada por una persona sin soporte sobre el suelo.
También nos explica en diferentes escenas cómo transmitir emociones, como por ejemplo la tensión que sufren los personajes en las distintas fases se de su aventura; cuando usan magia por primera vez, cuando tienen que confiar en ellos mismos para alcanzar sus objetivos, cuando se encuentran en peligro…
Detrás de todas esas emociones hay un minucioso trabajo de elecciones de lentes, de planos y enfoques que ayudan al espectador a entender mejor todas aquellas sensaciones que los personajes están viviendo durante su aventura.
El trabajo de Sharon Calahan estaba enfocado en la iluminación digital. Nos explica la paleta de colores seleccionada para dar vida a las escenas de la película.
Según nos cuenta, el personaje de Ian supuso un reto debido a su morfología (parecida a la de Linguini en Ratatuille), viéndose forzados a usar una iluminación con bordes suaves y laterales para resaltar mejor los volúmenes del mismo.
A lo largo de la entrevista nos explica cómo abordaron alguno de sus planos.
En la escena en la que Ian comienza a usar el báculo para practicar magia, el equipo quería transmitir un ambiente de fantasía, por lo tanto decidieron usar tonos verdes para bañar la escena, con pequeñas pinceladas de colores cálidos de luces desenfocadas que emulan las luces del tráfico y la ciudad. Con ello, generaban un contraste y una composición cromática estética y atractiva.
En otra de las escenas los protagonistas tienen que cruzar un acantilado usando la magia que Ian está aprendiendo.
Para esta secuencia tomaron muchas referencias de ilustraciones de fantasía, creando nubes espesas en el cielo y una luz del sol suave y cálida, con sombras degradadas, con la intención de reforzar la escala y la profundidad del escenario.
Nos comenta Calahan que algunas veces fue difícil ajustar correctamente los colores de las luces con la piel de los personajes, de un tono azulado, ya que, sobretodo con las luces cálidas, se generaban tonos verdosos que muchas veces no eran interesantes.
Lo mismo ocurrió con los colores utilizados para representar los rayos mágicos del bastón.
En un principio pensaron en tonos rojos, pero después llegaron a la conclusión que los azules combinaban mejor con los colores de los protagonistas y daba una sensación menos peligrosa de la misma.
Ella intentó dotar a cada escena con su particular paleta cromática teniendo, en conjunto, una amplia variedad de colores a lo largo de toda la película.
Como podemos comprobar, la creación de las escenas en una película de animación requieren de un profundo y complejo estudio en el que se tienen en cuenta infinidad de factores que, bien encajados, hacen que el largometraje sea un placer visual…y de esto Pixar es un maestro.
A continuación os dejamos la entrevista completa en inglés, para que profundicéis más en la misma. Es altamente recomendable.
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