Tanto si te gusta la animación japonesa como si no, seguro que has oído hablar en alguna ocasión sobre One Piece. El fenómeno manganime creado por el maestro Eiichiro Oda, que lleva cautivando a sus seguidores desde 1997, ha dado el salto de Netflix en una nueva versión que adapta la animación 2D a la versión live-action, pero… ¿cómo se hizo One Piece? ¿Es posible trasladar un mundo lleno de fantasía y criaturas extrañas a la versión real? ¡Te lo contamos a continuación!
La banda pirata más conocida de la animación
Desde luego, adaptar una serie tan mítica no es tarea baladí. Tras más de 1.000 episodios, – y aún en marcha – One Piece se ha consolidado por mérito propio como uno de los títulos más imprescindibles de la animación japonesa.
Luffy y su tripulación pirata han dado la vuelta al mundo con sus aventuras, por lo que las expectativas que había sobre esta adaptación eran, cuanto menos, elevadas. ¿Quiénes darían vida a los personajes principales? ¿Cómo sería su caracterización en pantalla? Y, sobre todo, ¿cómo se va a mostrar el poder de las famosas nueces de Belcebú?
Netflix, plataforma encargada de llevar esta adaptación del 2D a la versión real, ha contado con el mismo Eiichiro Oda en cada paso de la creación de la serie. A lo largo de sus ocho episodios (que suponen los 61 primeros episodios del anime) One Piece adaptará la Saga East Blue. En esta primera parte, conoceremos a Luffy, un joven con un extraño poder de goma que sueña con convertirse en el rey de los piratas.
Para cumplir su sueño, Luffy creará la tripulación del Sombrero de Paja junto a Zoro, Nami, Ussop y Sanji. En esta primera temporada del live-action de One Piece, conoceremos a nuestros protagonistas en su viaje hasta llegar al Grand Line, aguas en las que está escondido el gran tesoro One Piece.
Cómo se hizo One Piece
El mismísimo Eiichiro Oda afirmaba que llevar One Piece a la versión real era algo impensable hace 26 años, cuando la creó. No obstante, las nuevas tecnologías, la animación 3D y los efectos visuales han mejorado tanto en estos años que ahora cualquier cosa es posible.
De este modo, con un amplio equipo de VFX a sus espaldas, ha sido posible conseguir que parte de la magia de One Piece traspase la pantalla. Este ha sido el caso, por ejemplo, del poder elástico de Luffy, el chico de goma. El gran estudio Framestore ha sido el principal encargado de convertirlo en realidad.
Otro de los aspectos más curiosos que los más seguidores de One Piece estaban deseando ver es el de los teléfonos-caracol. Un símbolo mítico del manganime original que supone el método de comunicación utilizado en este mundo, donde los teléfonos tienen forma de caracol y se asemejan a sus dueños. Para poder realizarlos, el equipo de producción tuvo que construirlos a mano y, posteriormente, incluir una serie de efectos visuales por ordenador para hacerlos más verosímiles.
Las escenas de lucha, pieza clave en el cómo se hizo One Piece
One Piece ha destacado a lo largo de los años por sus grandes escenas de peleas. No solo encontramos diversos personajes con poderes más que curiosos, sino que además, incluso los personajes “sin dones” disponen de grandes habilidades muy arraigadas en sus personajes.
Este es el caso del personaje de Zoro Roronoa, uno de los grandes protagonistas, que destaca por su habilidad de lucha al estilo Santōryū, que consiste en combatir con tres espadas (una a cada mano, y otra sujeta con la boca). Esto no es solo parte de la esencia del personaje, sino que además supone uno de los puntos clave de las escenas de acción de la serie, por lo que era de vital importancia que el resultado fuese lo más acercado a la historia original posible.
Para lograr esto en la versión live-action, el actor japonés Mackenyu tuvo que entrenar durante meses para conseguir que tanto la técnica como las peleas tuviesen movimientos lo más reales posibles.
En este sentido, tanto Mackenyu como el resto del elenco principal optó por entrenar duro y conseguir sacar las escenas ellos mismos, sin la necesidad de dobles de acción. Con esto pretendían que las escenas se viesen lo más realistas posible, algo que sin duda ha dado sus frutos.
Conquistando el mundo
One Piece ya se está convirtiendo en todo un fenómeno de Netflix, posicionándose en el número uno en más de 85 países. Sin duda, el hecho de que gran parte del equipo y el reparto compartan esa pasión por la obra original ha sido fundamental para hacerlo posible.
La indudable participación del creador Eiichiro Oda en todo el proceso ha ayudado a que esta adaptación conquiste no solo a los grandes seguidores de la obra, sino a todo el público general. Parece que Netflix ha aprendido la lección tras otras adaptaciones manganime que no tuvieron tanto éxito, como fue el caso de Death Note o Cowboy Bebop, que levantaron ampollas con su estreno hasta finalmente ser canceladas.
La tripulación del Sombrero de Paja ha llegado pisando fuerte, y ya se ha convertido en una de las series referentes del año. Y a ti, ¿qué te ha parecido?