Toda historia necesita un protagonista. ¿Qué sería de Tomb Raider sin Lara Croft? ¿O de Enredados sin Rapunzel? Tanto en películas como en videojuegos e incluso en anuncios de publicidad, lo que solemos recordar son sus personajes. En ellos recae el protagonismo y la carga narrativa, pues son sus personalidades, conflictos y evolución lo que nos atrapa como espectadores. Nos identificamos con ellos, sufrimos con ellos, sentimos sus emociones.
Es por eso que gran parte del empeño puesto en una producción se vuelca en idear, definir y confeccionar los personajes 3D que dan vida a su historia. El desarrollo de un personaje 3D es fruto del trabajo conjunto de un gran número de artistas con roles muy específicos y requiere de mucha comunicación entre los diferentes equipos para estar alineados en su creación.
¿Cómo ocurre todo? Hoy vamos a repasar las etapas y los profesionales implicados en el desarrollo de los personajes 3D.
Fases del desarrollo de personajes 3D:
El guión
Antes incluso de concretar diálogos y sucesos, un guión debe contener una concisa pero estudiada descripción de los personajes. Esta información la ofrece un documento llamado biblia del personaje.
Se trata de crear una biografía del personaje que describa su edad, atributos físicos, gustos, aficiones, manías, carácter, profesión… Éstos determinarán en gran medida el rol del personaje en la historia y su forma de expresarse o afrontar las situaciones que acontezcan.
Cualquier fallo o imprecisión en esta fase temprana se paga muy caro en el resultado final de una producción, por lo que es crucial partir de una idea sólida y con gancho antes de dar luz verde al proyecto.
El concept art
Basándose en la biblia del personaje, los concept artists desarrollan su apariencia física mediante dibujos en 2D. Para ello, realizan decenas de bocetos con sutiles variaciones para que el supervisor de arte tenga donde elegir.
Se suele comenzar con el rostro; una vez elegido, se itera sobre el cuerpo y, por último, en su vestimenta, colores y accesorios.
El objetivo no es crear ilustraciones impactantes, sino aportar al modelador toda la información visual posible sobre el personaje, para lo que se pueden adjuntar vistas desde diversos ángulos, expresiones faciales, vistas de detalle…
Modelado y texturizado
Los modeladores se encargan de trasladar a 3D las anteriores ilustraciones. De aquí en adelante se entremezclan aspectos artísticos con limitaciones técnicas variables según la producción.
El modelado consta de varias fases durante las cuales se definen los volúmenes y se optimiza la malla con visos de que la animación sea eficiente y funcional. Además de crear las formas, el modelador puede encargarse también de texturizar sus personajes 3D, dándoles color y materiales para que todo tenga un aspecto creíble.
Rigging
El rigging es el montaje de un esqueleto y unos controles que permitan a los personajes 3D mover sus articulaciones y realizar expresiones faciales. El rig define los límites de deformación de la malla y hace posible la labor de los animadores.
Animación
La animación es la etapa más larga y costosa de una producción. Animar significa textualmente “dotar de vida” a los personajes, ya sea manualmente o mediante técnicas de motion capture.
Lograr que una marioneta virtual simule estar viva y transmita emociones no es ninguna nimiedad. Los animadores suelen grabarse a sí mismos en las escenas de sus personajes para tener una referencia a la hora de animar.
Iluminación y composición
La iluminación no está intrínsecamente relacionada con los personajes 3D, pero sí que se les da un trato especial respecto al resto de la escena. Una iluminación adecuada realza los atributos de los sujetos y añade una carga emocional que complementa al acting.
De igual manera, en composición se realizan ajustes de color, croma key, rotoscopía, etc. sobre el total de la escena, pero su trabajo también sumará valor al personaje, al potenciar las intenciones del iluminador e integrar todos los elementos (personajes incluidos) en el fotograma final.
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